Quiero empezar mostrando mi respecto y admiración a todos aquellos compañeros (incluyo por supuesto compañeras), que durante años han sido abogados “hombre orquesta” y a los que hablarles de especialización era poco menos que faltarles al respecto, sin duda ellos han marcado el camino de lo que se debía hacer, y de lo que en la actualidad y en nuestra opinión, NO se debe hacer. Aclarar que este artículo lo escribe un abogado que hasta hace poco ha sido de esos profesionales que lleva toda clase de asuntos, por eso ahora miro con nostalgia pero con una dosis de decepción, aquellos despachos profesionales o compañeros de profesión que en pleno siglo XXI son especialistas en TODO, y no lo ocultan en sus abundantes y pomposas páginas web cuando pinchas la pestaña de Servicios. No hombre no, “el que mucho abarca poco aprieta”, y en nuestro maravilloso mundo de los divorcios, ocurre lo mismo.
Cuando nació el proyecto González-Moncayo Abogados lo hizo con una clara misión, el ayudar a padres y madres a afrontar su divorcio no como una guerra, sino como una oportunidad de cambio, cambiando la venganza y el rencor, por el amor y el agradecimiento por lo vivido. Es por ello, entre otras cosas, por lo que en este artículo vamos a darte las claves sobre si elegir a un abogado especialista en la materia cuando afrontes tu proceso de separación o divorcio, o encomendárselo a cualquier despacho o profesional “generalista”.
Siempre decimos que una de las claves más importantes para solucionar un problema es “cogerlo” a tiempo, en los divorcios, suele ocurrir al revés, cuando aparece la figura del abogado, casi siempre es tarde, y ya se trabaja contrarreloj. Otra de las claves, entrando más en el tema que nos ocupa, es que el abogado de familia debe estar acostumbrado a tratar no solo la cuestión puramente jurídica, sino que tiene una importancia vital, la esfera personal. Por ello, si para elegir a un abogado generalista la confianza ya es importante, cuando tocamos temas personales, como es el caso de los divorcios, la confianza es mucho más importante, y cuando el cliente la siente y la muestra, se marca la diferencia.
Es importante distinguir entre un abogado matrimonialista y un abogado de familia; se suelen confundir ambos conceptos, y es que los asuntos que abarcan el Derecho de “Familia” no son únicamente los divorcios, sino que se trata de una especialidad muy amplia, por lo que un abogado que lleve asuntos de familia, puede no tener la especialidad de dedicarse a los divorcios, y centrar su trabajo en, por ejemplo, disolución de sociedades gananciales. De hecho, dentro de esta amplia parcela hay lugar para los divorcios, separaciones, nulidades matrimoniales, custodia de hijos menores, modificaciones de medidas, incumplimiento de medidas, ejecuciones, y así un largo etcétera de conceptos.
Y en este punto te lanzo una pregunta a modo de ejemplo, ¿por qué cuando tienes una lesión de rodilla, quieres que te opere el mejor traumatólogo de tu ciudad? Yo te respondo, porque quieres que te trate un especialista, que sea el mejor, que esté acostumbrado a operar rodillas todas las semanas, eso, da confianza y tranquilidad. En el mundo del pan, por poner un ejemplo más cotidiano, nos gusta el pan de masa madre, fermentado de manera artesanal, elaborado con ingredientes naturales, y todos (me incluyo), corremos a panaderías concretas donde sabemos que venden buen pan, nos vuelve loco la palabra “natural” o “artesanal”, aunque sea mentira, nos sentimos mejor consumiendo ese producto y comprándolo en ese lugar, sin embargo, en cualquier hipermercado o gran superficie también venden pan, pero nosotros queremos el mejor pan, el más saludable y el que contenga ingredientes naturales, preferimos cruzar la ciudad a comprarlo en el supermercado de la esquina.
Parece evidente, ¿verdad?, pues pregúntate por qué, para otras decisiones de nuestra vida, la especialización pasa desapercibida, ni nos la planteamos. Conclusión: tu divorcio, no debes encargárselo a un abogado generalista, sino a alguien especializado en la materia, haz la prueba.
Nos ocurre a menudo, cómo asuntos que aparentemente nunca piensas que vayan a terminar en problema, por lo que decíamos al inicio, de coger el problema a tiempo, acaban como el rosario de la aurora, y esta expresión en el ámbito del derecho de familia, créeme, suele acabar muy mal. Durante años, como te decía al principio también, he tenido la tendencia a coger cualquier asunto, y no ha sido hasta que he perseguido y buscado la especialización, cuando me he sentido realizado, cuando realmente he aprendido cada día los “entresijos” de este apasionante campo que a día en el que a día de hoy me encuentro, cuando de verdad siento que contribuyo a mejorar la sociedad y cumplo mi propósito en esta vida. ¿Por qué te cuento esto?, porque he comprobado durante los últimos años, que cuando la gente nos elige, nuestro trabajo es preciso, concreto, sencillo y fácil de entender para el cliente, el cliente está seguro de nuestro trabajo, CONFÍA. Cuando escuchas esas palabras, en ese instante, has logrado tu objetivo.
En González-Moncayo Abogados como siempre decimos, nos interesas TU por encima de todo, por eso antes que abogados, somos personas, nos ponemos en tu situación, en la de tus hijos, sabemos como piensas, porque lo vivimos a diario con muchas personas, y en numerosas ocasiones servimos de ayuda o vía de escape para los padres y madres que tenemos de clientes, logramos que se rompa la barrera que suele existir entre el abogado y su cliente, para establecer unos lazos personales y afectivos, fundamentales para conseguir los objetivos y deseos marcados.
En un procedimiento de divorcio, en el que hay hijos menores, éstos también son nuestros clientes, sin duda los más importantes, no tengo miedo a decirle a un cliente que sus hijos me importan mucho más que él/ella, hay ocasiones en las que hay que decirlo claramente para hacerle entender al cliente la importancia de lo que estamos hablando, la importancia de que esa “batalla” de rencor y reproches no conduce a nada; En el momento que hay hijos menores, son los más necesitados de protección, son los que más sufren y los que menos culpa tienen, por tanto, son primordiales dentro de la filosofía de González-Moncayo Abogados, nosotros también formamos una pequeña parte de su “familia”.
Queremos romper la forma de ver al abogado como ese ser oscuro, inaccesible, interesado y que solo busca el dinero de sus clientes, nos alejamos de estereotipos e ideas preconcebidas sobre nosotros, nos preocupamos por ti, tus sentimientos y tus emociones. ¿Aún te siguen quedando dudas?, ven a conocernos, la primera consulta es gratuita, cuando decidas unir nuestros caminos, será la mejor decisión que habrás tomado nunca, te lo garantizo.